Prensa
Con el sugerente tÃtulo de ‘Lecciones de orfandad’, Miguel Velayos presentó este sábado en el Auditorio de San Francisco, concretamente en una repleta sala octogonal, un trabajo poético impecable, un espectáculo sobre la emoción y lo hizo como viene siendo habitual en él, apoyándose en una representación teatral que sirvió de estructura para los poemas que componen esta obra y que el propio autor fue desgranando, uno a uno, mientras la música, brotando de las manos del guitarrista clásico Alberto Blanco Bohigas, iba ensamblando una historia a carne abierta. Dos años y medio les ha costado a Miguel y Alberto montar este espectáculo musical y poético que fue, nada más comenzar, revelando el alma de un Velayos emocional y sensible, que muda de piel en cada gesto pero siempre fiel a sà mismo, más fiel que nunca, en esta oportunidad.
Lecciones de Orfandad es una apuesta por la memoria, a «nuestros muertos», como el mismo poeta reconocÃa a este diario. Se trata de «un homenaje a personas que mueren de forma súbita o imprevista pero también es un homenaje a quienes te acompañan en ese dolor», que la pérdida de un ser querido produce.
PodrÃa parecer, a priori, que el espectáculo serÃa triste pero no, era intenso emocionalmente, atrevido pero cercano, una caricia al paisaje de Castilla, a las raÃces... con un final alegre y esperanzado.
La música y la poesÃa, completamente cohesionadas, sumergieron al público presente en una introspección cómplice.
El poemario que se presentó en este contundente formato recorrerá la geografÃa española pero en Ãvila tomó aún más sentido. 90 poemas creados a lo largo de los años que ahora se compendian en un libro. «El motivo real por el que yo empecé a escribir poesÃa creo que fue por la muerte de mi padre cuando tenÃa 10 años» confesaba a esta redacción. Mitigar ese dolor fue lo que le lanzó contra los versos y ahora se hace grande.
El libro tan bella y contundentemente presentado este sábado, fue caricia en todas las pieles que se impregnaban de palabra y música de guitarra, delicada y contundente, en ocasiones, como la vida y la muerte, como la orfandad y la compañÃa. «A veces las palabras esperan una vida para recuperarnos», dijo el poeta.
DIARIO DE ÁVILA - Un espectáculo poético-musical contundente llenó San Francisco
Fecha de publicación: 24/01/2016
El poeta abulense Miguel Velayos acompañado por el guitarrista Alberto Blanco, presentó su último poemario.
Con el sugerente tÃtulo de ‘Lecciones de orfandad’, Miguel Velayos presentó este sábado en el Auditorio de San Francisco, concretamente en una repleta sala octogonal, un trabajo poético impecable, un espectáculo sobre la emoción y lo hizo como viene siendo habitual en él, apoyándose en una representación teatral que sirvió de estructura para los poemas que componen esta obra y que el propio autor fue desgranando, uno a uno, mientras la música, brotando de las manos del guitarrista clásico Alberto Blanco Bohigas, iba ensamblando una historia a carne abierta. Dos años y medio les ha costado a Miguel y Alberto montar este espectáculo musical y poético que fue, nada más comenzar, revelando el alma de un Velayos emocional y sensible, que muda de piel en cada gesto pero siempre fiel a sà mismo, más fiel que nunca, en esta oportunidad.
Lecciones de Orfandad es una apuesta por la memoria, a «nuestros muertos», como el mismo poeta reconocÃa a este diario. Se trata de «un homenaje a personas que mueren de forma súbita o imprevista pero también es un homenaje a quienes te acompañan en ese dolor», que la pérdida de un ser querido produce.
PodrÃa parecer, a priori, que el espectáculo serÃa triste pero no, era intenso emocionalmente, atrevido pero cercano, una caricia al paisaje de Castilla, a las raÃces... con un final alegre y esperanzado.
La música y la poesÃa, completamente cohesionadas, sumergieron al público presente en una introspección cómplice.
El poemario que se presentó en este contundente formato recorrerá la geografÃa española pero en Ãvila tomó aún más sentido. 90 poemas creados a lo largo de los años que ahora se compendian en un libro. «El motivo real por el que yo empecé a escribir poesÃa creo que fue por la muerte de mi padre cuando tenÃa 10 años» confesaba a esta redacción. Mitigar ese dolor fue lo que le lanzó contra los versos y ahora se hace grande.
El libro tan bella y contundentemente presentado este sábado, fue caricia en todas las pieles que se impregnaban de palabra y música de guitarra, delicada y contundente, en ocasiones, como la vida y la muerte, como la orfandad y la compañÃa. «A veces las palabras esperan una vida para recuperarnos», dijo el poeta.